La revolución permanente en Europa: 1848

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En febrero de 1848, el Manifiesto Comunista declaró: “Los proletarios no tienen nada que perder excepto sus cadenas. Tienen un mundo que ganar". Solo unos días después, los trabajadores de París derrocaron a su rey y encendieron un infierno revolucionario que abrasó a toda Europa. En solo un par de meses, los viejos poderes absolutistas de Europa se doblegaron bajo la presión de las masas. Las masas lucharon heroicamente por el sufragio universal masculino, la liberación nacional y el fin de los últimos vestigios de la opresión feudal, e incluso ganaron, durante un tiempo.

En todos los países, la clase obrera formó la fuerza de combate más decidida de la revolución, pero en Francia los trabajadores llegaron incluso a disputar directamente el poder en la gran insurrección de junio: “el evento más colosal en la historia de las guerras civiles europeas”... Pero temblando ante este primer intento audaz de una "revolución comunista", las clases dominantes de todos los países corrieron directamente a los brazos de la represión militar y clerical, y llevaron a cabo una contrarrevolución viciosa que destruyó incluso los logros democráticos más básicos de las revoluciones de 1848.

Para comprender estos eventos titánicos, Marx y Engels tuvieron que lidiar con preguntas que aún enfrentan a los revolucionarios hoy, y las conclusiones que sacaron, sobre la revolución permanente, la cuestión nacional, la dictadura del proletariado y más, aún nos brindan un arsenal inagotable de lecciones. En esta sesión extraeremos estas lecciones en el contexto de 1848 y discutiremos el impacto de estos eventos en la futura lucha de clases y en el marxismo mismo.

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